miércoles, 17 de febrero de 2010

Pizarra Digital. Algunas impresiones.


El azar me llevó a esta entrada, al parecer redactada por una profesora al hilo de su experiencia: "el lunes pasado, -comenta- por fin, volví al cole. ¡Qué encanto! Cuando llegué, el patio estaba lleno de pizarras. ¡Por fin íbamos a dar clase al aire libre! ¡Como en La Casa de la Pradera! Me puse a buscar la higuera mejor situada para colocar mi pizarra cuando una tenue voz me susurró al oído: Nos van a poner pizarras digitales... ¿Pizarras digitales? ¿Cómo se me había podido olvidar algo así? ¡Yo, que siempre estoy en todo! Imperdonable... Abandoné rauda mi vieja pizarra, me despedí de la higuera y subí como una exhalación a mi clase, para observar de cerca tan golosa novedad.


En mi clase no había nada. Sólo una gran caja de cartón, un hueco inmenso en la pared y cables por todas partes. Lloré de alegría al ver el panorama. El jueves 4 empezaba con los niños. ¡Y sin pizarra! ¡Ni la una ni la otra! Así que me puse manos a la obra. Aprender el nuevo lenguaje gestual no me ha costado casi nada. Así me va... Llevo ya tres días con mis nuevos niños, que son 30 ¡y me entienden perfectamente! Esto de escribir en el aire no tiene ninguna ciencia. Y además nos lo pasamos genial. Aunque por la noche siento un extraño dolor en los brazos. Como si fueran agujetas... Lo que es el cerebro... No se puede pensar tanto.


Hoy lunes ya tenía colgada mi pizarra. ¡Una pizarra electrónica! ¡Y me dieron un portátil para mí solita! Ya sólo falta colocar el cañón. Eso me dijeron... Aunque creo que andan algo despistados. ¿Es que no han visto el tamaño de mi clase? ¿Dónde voy a poner yo un cañón? ¿Y las balas...? Además, no hace falta anunciar el recreo a cañonazos... Si con el viejo timbre ya me vale... De todas formas, como no me gustan las armas de viento, creo que voy a hablar con la Sinfónica a ver si les interesa. Por si no me dan la beca... Y si no, que me lo cambien por un trombón, que es más portátil y bastante digital.

 

En fin, que estoy encantada con mi nueva pizarra eléctrica. Sólo espero que no me dé muchos corrientazos... Por lo demás, lo único que me falta para ponerme al día es saber dónde escondieron el botón para encenderla. Y listo... ¡Viva las nuevas tecnologías!" En: No todo el monte es orégano

JL. Rubio Mayoral / 10

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