viernes, 20 de mayo de 2016

18 Narración

La imagen forma parte de un reportaje sobre Colonias Escolares y sintetiza los ideales de la enseñanza activa y los valores de la educación basada en principios activos y en realidad clásicos. 

Hogar infantil de Burjasot. (Villa de San José). Enlace.
En octubre de 1936, Madrid, la capital de la República, estaba asediada y se libraban combates en el frente de la guerra.  Su población había aumentado mucho al acoger un gran número de refugiados que desde las zonas de combate se habían refugiado allí buscando la protección del gobierno.  

A lo largo de la guerra, procedentes del Madrid sitiado, de Extremadura, Asturias, Toledo y Málaga, principalmente, se trasladaron numerosas expediciones de niños y niñas a Catalunya, a las provincias valencianas, a Murcia y a la provincia de Almería. El Ministerio de Instrucción Pública se encargó desde enero de 1937 de organizar la educación y atender a todas sus necesidades básicas. Lo hizo a través de un sistema de colonias en las cuales un grupo de escolares viviría en comunidad con sus profesores recibiendo instrucción académica. 

Los responsables del ministerio entraban en contacto con los ayuntamientos para procurarles alojamiento entre las familias, o bien seleccionar los locales más adecuados que pudieran ofrecer en el municipio para instalar colonias colectivas. 

La mayoría fueron palacetes abandonados, hoteles, balnearios, fincas rústicas y de recreo o colegios religiosos requisados. Lo normal es que se situaran en las afueras de lo núcleos de población o en pequeños núcleos rurales próximos, de forma que el suministro no resultara difícil y que además permanecieran tranquilos, alejados de la retaguardia y del  riesgo de ataques aéreos y bombardeos.

Exposición: Las colonias de niños evacuados. Universidad de Barcelona. Enlace.

[En contrucción]

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